Transporte

Cómo llega el agua a los hogares

Transporte, almacenamiento y potabilización

 

Una vez extraída, el agua es transportada hacia los depósitos de cabecera, donde se realiza el tratamiento de la misma para garantizar su potabilización. El transporte se realiza mediante tuberías, y el almacenamiento, mediante grandes depósitos situados en distintas cotas de elevación por todo el término municipal, con una capacidad de almacenamiento de los depósitos: 70.000 m3 y 6 depósitos de almacenamiento.

En los depósitos de cabecera se realiza el tratamiento del agua captada mediante un sistema de cloración automático con medición en continuo, incorporado a nuestro sistema de telecontrol, que nos permite mantener el nivel óptimo de desinfectante en el agua abastecida a la población.

Desde los depósitos el agua es distribuida a los distintos sectores de la red. Existen tres tipos de tuberías, según su función y tamaño:

  • Tuberías principales o arterias, que transportan el agua desde los depósitos a las distintas zonas de la ciudad.
  • Tuberías secundarias, que se conectan a las primeras y distribuyen el agua en las calles.
  • Tuberías derivadas, son más pequeñas y llevan el agua hasta la acometida del edificio o vivienda. 
  • Sistema de Telecontrol y Sectorización de red

    Existe un sistema de telecontrol de red de distribución. Este permite tener perfectamente controlado desde el funcionamiento horario de los pozos de captación, optimizando el consumo energético en el sistema, hasta la regulación de presiones en la red de distribución, estando programadas las aperturas de válvulas de salida de depósito para compensar de forma autónoma e inmediata los distintos cambios en la curva de demanda, evitando cambios de presión por falta/exceso de caudal disponible en el sistema.

    La sectorización no debe definirse sólo en términos de configuración de red, sino que debe entenderse como un método de gestión permanente. Para ello es imprescindible dotar al sistema de un centro de análisis o de gestión, capaz de recibir y ordenar diariamente los datos obtenidos por los equipos de campo y analizarlos conjuntamente, de forma que se pueda conocer el estado real de funcionamiento de la red. Será este conocimiento el que permitirá la toma de decisiones tanto de mantenimiento, como de explotación e incluso de inversión.